viernes, marzo 4
disorders I
Ayer fui a ver The Aviator, la película que trata sobre la vida del millonario Howard Hughes. Más que comentar si me gustó o no la película, los efectos especiales o la actuación de Leonardo di Caprio, prefiero tocar el tema de los transtornos psicológicos del protagonista que quedaron expuestos en el filme. Howard Hugues, fue un exitoso hombre de negocios, conocido también por su afición a las películas, a los aviones y por sufrir de una enfermedad conocida como desorden compulsivo-obsesivo (obsessive-compulsive disorder, OCD). Las obsesiones constituyen persistentes pensamientos recurrentes, impulsos o imágenes que generan ansiedad en la persona que sufre de este problema. Este es capaz de reconocer las obsesiones que son producto de su mente y trata de suprimirlas o neutralizarlas con otros pensamientos o acciones excesivas o inapropiadas y que adquieren un carácter compulsivo. Una de las escenas de la película muestra a un perturbado Howard Hughes, abriéndose paso entre la multitud y los flashes de los fotógrafos, durante el estreno de su película Hell's angels. Cierto es que a nadie le gusta estar en medio de una masa de gente, es una situación por lo menos 'molesta' para la mayoría. Pero es difícil imaginar el malestar que experimenta una persona que carga encima una fobia (o más). En el caso de Hugues, fobia a la contaminación. En la escena, notamos su silencioso sufrimiento interno, su esfuerzo por aparentar normalidad. Algo que caracteriza a las personas que sufren de OCD es su tendencia a desarrollar rituales para acciones cotidianas, por ejemplo, lavarse las manos un número determinado de veces. En el caso de Hughes, no realizaba estos rituales por sí mismo, sino que daba instrucciones precisas a sus empleados acerca de cómo tenían que alcanzarle ciertos objetos. Por ejemplo, para alcanzarle una cuchara, sus empleados tenían que envolver el mango en papel tissue y sellarlo con celofán. Luego, se debía envolver otro pedazo de papel tissue sobre el celofán. Hugues no removía estas envolturas. Las obsesiones y compulsiones suelen ser difíciles de resistir y cuando esto se consigue, generalmente es por poco tiempo. Consumen mucho tiempo de la vida diaria de la persona que sufre el desorden, interfieriendo con su trabajo, familia y las relaciones personales. Muchas veces, el desorden está acompañado de cuadros de depresión y ansiedad. Algunas personas recurren al alcohol y a la automediación para sobrellevar el problema. En el caso de Hughes, este termina aislado del mundo exterior, convertido en una suerte de ermitaño. Murió en 1976. En su autopsia, encontraron restos de agujas incrustados en sus brazos, saldo de su adicción a la codeína, un analgésico usado para tratar el dolor.
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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron