lunes, abril 24

esto es un infierno, carajo..

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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron 18 Comentario(s)

miércoles, abril 19

° ° ° °

Otra vez, la resaca.

-Buen día, remolones.
Abro los ojos. Se levanta una cortina.

Hoy he llegado cansada de ese nocturno viaje diario por las tierras de Oniria. Es un viaje largo y pesado. Y algunas veces, como la noche anterior, me toca hacer trasbordos. Entonces tengo que bajar del tren y esperar que venga el próximo. A veces, no es un tren sino un avión, pero anoche fue un tren. Abro los ojos y maldigo. Damos vueltas, mi almohada y yo. En eso llega el tren. Al fin.

El sonido de la pesada persiana de madera enrollándose lentamente, esparciendo el claroscuro de esta ciudad sobre mi cama, me avisa, cual silbato de tren, que el viaje ha terminado y que es hora de echarse a andar no más. Pero mis persianas, esas que son de carne, no se abren. El viaje sigue y yo pienso que debe ser por los trasbordos, que ellos han demorado el viaje, y ¡la que me espera cuando llegue a destino! El caos, el absurdo.

Su voz sonaba lejana, desde el otro lado la frontera. El le hablaba a mi cuerpo que estaba ahí y yo lo miraba, muda, desde una ventana invisible. Perdida. Ni allá ni acá, sino en el medio. En tránsito.

Se abrieron las persianas y empezó el triste espectáculo.
( Por ejemplo:
Ayer, por la tarde, pasó un gato volando por mi ventana. Volaba verticalmente. Caía, en realidad. Pero la realidad es fea, entonces yo digo que volaba verticalmente.
Entonces yo me asomé a mi ventana, para ver al gato.
-Pero ¿qué hacés ahí?
Dijo una voz que venía del cielo. En realidad, creo que venía del 5-E, pero, de nuevo, a quién le importa.
-No sé.
Dije yo. Con cara de desconcierto, miedo y angustia.
-Quedate quietito ¿eh? Ya bajo a buscarte.
Dijo la voz del cielo.
-Sí. Gracias.
Dije yo.
Y me quedé mirando al gato. Que tenía la misma cara que yo. Que quizás hubiera querido poder hablar como yo. Aunque mis labios, en realidad, no dijeron nada, pues la voz del cielo le había estado hablando al gato y no a mí. Maldita realidad. )

Se abrieron las persianas, pues.
Y yo me puse a hablar disparates mientras la tapita del yogurt de frutas caía sobre la frazada azul.
Una historia sin sentido donde huía de un grupo de traperos bolivianos a quienes tenía un miedo terrible. En la huida, tomaba un tren al que subieron un montón de piqueteros vestidos de celeste. Les tenía miedo también y por eso me quedé sentada en el tren hasta que llegó a su destino final, que cuál sería, yo no tenía ni idea. Entonces, bajé del tren y me puse a preguntar en portugués cómo debía hacer para llegar a la Estación Florida, porque aparentemente era ahí adonde tenía que llegar. Me dijeron que tomara el mismo tren de regreso. Y me fui a buscar la rampa que llevaba a la estación de tren, pero me desvié un poco y me vi a mí misma perdida, vagando por calles desconocidas, en una escena que parecía un episodio de algún programa de la National Geographic en India.

Todo esto le decía yo, con la cabeza aún adormecida, sintiendo micro agujitas clavarse insistentemente en mi nuca. Con ese olor a viajero recién llegado y el sonido lejano de trenes inexistentes que vienen y van. Esperando combatir el sueño con más sueño, como un borracho que extiende la mano buscando la botella.

hip.

miau.

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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron 10 Comentario(s)

lunes, abril 17

hasta que choque el hueso

Me sorprende ver cómo una cosa te lleva a otra y ésta a otra más, hasta perdernos lejos, en las ramas de lo que finalmente es un mismo árbol.

(Ayer) Estábamos en casa, rasking; él, leyendo diarios de papel, y yo, revisando periódicos virtuales en la red. Los mismos de siempre. En eso, él me pregunta -casi con nostalgia- por esos periódicos de colores brillantes, casi infantiles si no fuera por las habituales fotos de groseras nalgas que sobresalen en sus portadas. Luego, yo, que estaba adormecida de ver eso que parece ya la sección hípica, donde medio Perú observa en silencio y con angustia la definición fotográfica de quién ganó por una nariz, me vi tipeando tres v dobles un punto y el chino punto com.
Y de pronto nos transportamos en esa suerte de viaje de ácido lisérgico al mundo psicodélico del periodismo informal.
Le leí en voz alta un par de notas, respetando el código restringido en el que fueron originalmente redactados los títulos, interrumpiendo solo para tratar de interpretar lo incomprensible.
Entonces, encontré una nota que (muy brevemente) tocaba el tema del fracaso de algunos artistas (?) limeños que intentaron llegar al Congreso peruano. Y mencioné a Tongo.
¿Quién?
Mientras le explicaba que era un popular intérprete de música tropical andina o chicha -y no estoy muy segura de que estos sean lo mismo, pero no es mi intención ser demasiado rigurosa aquí- hacía una búsqueda en Google de este señor, para encontrar imágenes que ilustraran mi explicación.
Y ya que estábamos en eso, se me ocurrió revisar si había algún videíto por ahí para terminar mi show-and-tell.
Entré a google videos y busqué. Nada. Pensé en otros intérpretes. Escribí "shapis", "chicha", finalmente escribí "chacalón". Nada. Me había ido por las ramas, sin embargo.
Decidí probar con youtube que, tengo esta impresión, es más popular entre los peruanos. No encontré a Tongo. Pero como ya estaba tentada por las ramas, busqué a Chacalón. Bingo.
Encontré algunos viejos videos de los 80, y terminé entrando al website de la chicha. Al revisar superficialmente el link que remite a la historia de la chicha, encontré unas líneas que mencionaban a Chacalón como un ídolo de masas que, lejos de representar ánimos de protesta, impulsaba el sueño capitalista (sic) de los migrantes que sobrevivían como vendedores ambulantes, entre otras ocupaciones (¿nanoempresariales?). Esto lo desvincula con movimientos políticos de izquierda (¿ven cómo seguimos en el mismo árbol?) que no encontraron en la chicha un instrumento de acercamiento a las masas populares.
¿Tendrá esto algo que ver con que en los 90, ya en la década de la 'technocumbia', la asociación Fujimori - baile del chino-chino-chino fuera casi inevitable?
La derecha, siempre estratégica. Casi maquiavélica. ¿Casi?
Como fuera, la chicha perdió su potencial político en algún momento de finales de los 80, en parte por el debilitamiento del fenómeno migratorio y toda su problemática, en parte por la aparición de otros géneros como la technocumbia que con menos feeling se extendió fácilmente entre las masas.
A su vez, la technocumbia se ha teñido de clientelismo político, gracias al embrutecimiento crónico de una población (cortesía de "diarios chicha", "tv basura", etc.) y ha perdido vigencia con la entrada a un nuevo milenio que apesta a reggaetón.
Y hablando de reggaetón...
(saltemos a otra rama, más lejana todavía)
Estaba viendo videos de Chacalón, cuando el título de uno de ellos llamó mi atención: perreo chacalonero.
Perreo.
Entonces recordé la única vez que vi en tv peruana una demostración del llamado perreo. Era nuestra ex-congresista Susy Diaz, vestida -felizmente- y apoyando sus cuatro extremidades en el suelo (o en posición doggy style, en cuatro, como quieran llamarle) y moviéndose feliz al compás de un sonido nuevo y al ritmo de un señor que la sacudía por detrás.
¡Guau!

Pensé: no, deben ser cosas de Susy. Y no pensé más en el asunto.

Hasta que un par de años después, me vi a mí misma buscando que miércoles era eso de 'la gasolina' y en la búsqueda volví a tropezar con el término 'perreo'.
Y ayer, de tanto saltar de rama en rama, de política a tongo a chacalón, caí en este video ilustrativo, explícito y hasta didáctico...
perreo chacalonero

Recuerden, es el mismo árbol.

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viernes, abril 14

abrazando rodillas

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viernes, abril 7

noviaventuras 2

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jueves, abril 6

demasiado tiempo libre.

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miércoles, abril 5

estampa urbana

Salgo a la calle y oigo una voz conocida:
-Buen día..
Es el concerje del edificio.
-Hola...
-¿Todo bien?
-Bien, gracias...(intentando no terminar en posición fetal y temblando sobre el piso, gracias)
-Me alegro..
Me alejo, caminando sin prisa.

¿fue ayer? ¿fue hoy?
no.
FUE mañana.

auxilio. en serio.

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