miércoles, enero 31
about Lima
Lima desde las nubes se ve silenciosa y linda: una constelación de luces amarillas brillando, feliz.
Llegué una noche, después de un viaje horroroso al que mi cerebro ha etiquetado
pesadilla altiplánica II, como secuela del viaje a Bolivia que hice la última vez que vine a Perú, y del que ya se me quitaron las ganas de rajar.
Ayer llegué a Lima nuevamente.
Esta vez llegué por tierra.
Durante la noche bajé cerros oscuros y el camino tenía forma de serpentinas.
De pronto, Lima se asomó por mi ventana: ruidosa y fea. Nada que ver con la Limita de la ventana del avión, hace unos pocos días.
Ahora estoy en Lima. Estoy dentro. Caminando por el sánguche gris. Con el pelo hecho una madeja imposible. Con el sol pegajoso que me ha dejado negrita en dos días a pesar del spf 30.
Con las tripas quejándose a cada rato, por mandarles rocotos y ceviches en tan poco tiempo.
Lima con todos sus olores, ruidos y colores. Con toda su limeñez. Muy linda y muy fea.
(¿Cómo será entrar a Lima desde el mar?)
Etiquetas: lima, peru, viaje
Suscribirse a Entradas [Atom]
Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron