viernes, febrero 2
me da..
Decía, pues, en la entrada anterior que estaba en Lima.
Yo quería contar esto del viaje a Huancayo en el ferrocarril central, desde Lima, y cómo tras un pill cocktail que me bajé con ene matecitos de coca en el vagón de pasajeros, me fui a la terraza -bien canchera yo- a recibir Ticlio de pie, en un vagón al aire libre y en movimiento, con las manos y la sonrisa congelada. Y quería contar que no me dio ni un poquito de soroche y que me sentí orgullosa de mis glóbulos rojos.
Y tendría que contar también que he cruzado el puente Infiernillo dormida. Lo trato de imaginar y no puedo. Debió ser lindo. (También debió haber sido lindo cruzarlo despierta). Solo recuerdo despertar y pensar
ahora me voy a pedir mi pisco sour para cruzar el Infiernillo (porque me imagino que algo de alcohol hay que tener dentro para pasar por cualquier infiernillo) y el barman me dijo '
yaaa pasamos hace rato, señorita'. Bu.
Todo eso quería contar cuando llegué a Huancayo, hace no mucho. Pero me dio el no sé qué.
Yo pensaba que el blog era mi Olga, mi frazadita, ese algo invisible e irreal que me acompaña; y luego pensaba que no lo extrañaría si tuviera algo visible y real que lo reemplazara, que de hecho, tengo ahora. Pero acá estoy. Abrazada a esta pantalla.
(Entonces, sigo contando...)
En Huancayo fui a buscar al tren macho, tenía todos mis argumentos feministas conmigo y no los necesité. El macho se ha vuelto metrosexual. Está más bonito y ya no se anda con huevadas de
salgo cuando quiero y llego cuando quiero. No. O por ahí es cierto eso que dicen que no es macho sino
machu, que quiere decir
viejo. Pero ahora tiene autovagones. El tren ha rejuvenecido. Y por lo que sé, hay planes para mejorar las vías en este año. Así que yo creo que lo de macho o viejo pronto será solo un recuerdo.
Me gustan los trenes. Me encanta el ruido que hace al pasar sobre las vías. Y el silbato. Mucho más lindo que las bocinas chillonas de la ciudad.
Hoy vuelvo a armar la mochila. Otra vez a cruzar la cordillera. Pero en bus. Y no me gusta.
Ya vengo.
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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron