viernes, marzo 18
San Patricio.
El 17 de marzo se celebró en muchos puntos del globo el día de San Patricio, el santo patrono de los irlandeses, conocido por haber llevado a Irlanda el cristianismo.Además de los coloridos desfiles y los servicios religiosos, la fiesta es célebre por congregar masas de gente que, con similar devoción, rinden culto a una de las bebidas favoritas del mundo, la cerveza.La primera vez que supe de la existencia del día de San Patricio, tenía 12 ó 13 años. Había ido con mi madre a visitar a mi hermano, que vive en New Jersey. Era marzo y me pidieron que me pusiera algo verde. Lo siguiente que recuerdo es el desfile de carrozas en las calles, el frío, los niños con tréboles pintados en la cara, los caramelos de color verde, las cheerleaders con sus minifalditas verdes, saltando y sonriendo, a pesar de la nieve, los pompones verdes agitándose y el sonido ceremonioso de las gaitas que tocaban esos hombres con faldas llamadas kilts.Años después, ya alcanzada la mayoría de edad, los paseos a los desfiles se convirtieron en visitas a los bares, y cambié los chupetines verdes por los vasos de cerveza verde. Interesante.Ayer, a pesar de los mocos y la congestión (me he resfriado), me levanté de la cama y me fui a mirar cómo celebran los argentinos el día de San Patricio. Esta vez no me puse nada verde. Eso sí, me puse una cadenita con una medalla de un símbolo irlandés, el claddagh, un par de manos que sujetan un corazón, una señal de amistad y amor. En el centro de Buenos Aires, en el barrio de Retiro, una calle concentra los bares irlandeses (e ingleses) de la zona, la calle Reconquista. Hay otros bares, en otras calles, pero es que esa es la calle. Incluso, el gobierno de la ciudad había dispuesto que esta calle estuviera cerrada al tránsito vehicular y había puesto urinarios públicos, para permitir que la gente pudiera celebrar el día (la noche, en realidad) con tranquilidad. Yo solo quería observar un poco, tomar alguna Killian's Irish Red y volver a casa. Era relativamente temprano, alrededor de las 9pm, y el lugar parecía la antesala de un concierto, las calles aledañas ya estaban bastante 'pobladas' de gente, cerveza en mano. Las pistas estaban sucias, era difícil caminar sin pisar un vaso gigante de plástico o patear una botella vacía. Había gente sentada en las veredas, con o sin polos verdes, conversando y compartiendo six packs. En Reconquista era difícil caminar. Era un mar humano. Había cola para entrar a los bares. En los locales y en las calles no se encontraban, casi, decoraciones alusivas a la fecha. Yo esperaba un poquito de la extravagante parafernalia yankee, pero esto es Argentina. Vi un par de simpáticos duendes a la entrada de un bar y eso fue todo. La gente tenía vasos enormes de cerveza Quilmes, la cerveza local. Vi gente aglomerándose alrededor de un quiosco callejero. Vi Heineken, vi Brahma, vi Warsteiner, vi cualquier cosa menos una Guinness. Dicen en la tv que ayer asistimos 50 mil personas. ¿Tantos?
Update (23-03-05):anoche vi en el noticiero un breve informe acerca de las celebraciones del día de San Patricio en la capital porteña. Yo me fui temprano del lugar. Demasiada gente. Me da nervios. Lo que vi en la tv fue, por decirlo suavemente, inquietante.Para empezar, el reportero comenzó a preguntar a algunos asistentes si sabían quién era San Patricio. Respuestas, para todos los gustos: desde el tipo que llevó la cerveza a Irlanda, ¡y por eso lo hicieron santo!, pasando por un duende, ¿no?, hasta un sincero pero brutal no sé, boludo, yo solo pasaba por aquí y vine a ver qué onda.Imágenes de jóvenes bebiendo cerveza de un bidón (¡!)Luego, las consecuencias del consumo excesivo de alcohol se hicieron evidentes:Escenas de chicos pogueando al ritmo de ...jazz. (?¿)Un chino, dueño de un minimarket, caminaba con la cara ensangrentada por los botellazos que recibió por parte de algunos enardecidos y alcoholizados visitantes.Finalmente, el descontrol.Los agravantes: la escasez de cerveza y los intentos de saqueo.Imágenes del fin de la fiesta: la intervención de la policía, enfrentamientos, botellas de vidrio volando por los aires, palos y gases lacrimógenos.Menos mal que me fui temprano.
P.S. Aquí, un fotorreportaje del diario local Clarín.
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