miércoles, enero 5
Vacaciones
A fines del 2003 conocí un lugar muy lindo llamado San Martín de los Andes, que está en el sur argentino, en la región patagónica. Fui en bus, en un viaje que, hasta ahora, ha sido el más largo de mi vida: 24 horas.
Digo hasta ahora porque pasado mañana empezaré un viaje que superará, largamente, ese record. Ojalá.
El viernes a las 9pm, un bus nos sacará de Buenos Aires y nos llevará hasta la provincia norteña de Jujuy en un viaje que durara 'solamente' 18 horas (me estoy mentalizando, desde ya).
En Jujuy, otro vehículo nos llevará, en un par de horas, hasta Purmamarca, donde iré en busca del cerro de siete colores. La idea es no pasar más de un día contemplando el cerro y continuar con el viaje rumbo a Bolivia.
No estoy muy segura, pero creo que iremos a Potosí, luego a La Paz y, finalmente, a un lugar llamado Sorata. Zillions de horas en bus. Cómo se nota que este tramo del viaje no lo planeé yo.
Una vez satisfechas las ansias de pisar suelo boliviano (y no hablo de mí) reanudaremos el viaje.
Cual Mama Ocllo, entraré a Perú por las espumas del Titicaca. Luego, pasearé por las islas de los Uros.
Dejando Puno, un bus nos llevará a ese hermoso lugar llamado Cuzco.
Te dije que volvería.
Hace varios años fui a Cuzco con mi hermana, pero el viaje entonces tenía otra onda, más nice, como dice la china Tudela, yo sé que tú me entiendes.
Esta vez iré con la mochila en la espalda, buscando esos albergues de 10 soles, mientras como un pan serrano o un choclo con queso.
Después de reencontrarme con Machu Picchu y los apus, seguiré mi camino.
Iremos a Ayacucho. No conozco Ayacucho. ¿Cómo será Ayacucho? Me da un poco de miedo.
De ahí iremos a Huancavelica. Ya estuve antes en Huancavelica. Fui con unas amigas de la universidad, para desintoxicarnos de tanto Kuhn-Tucker, tanta Heteroscedasticidad, tanto Bootstrapping. Lindo, Huancavelica.
Después, tomaremos el tren macho, el que parte cuando quiere, que en seis horas nos llevará a Huancayo. La verdad, mucho no me gusta, pero quiero ir para comer esas truchas del criadero en El Ingenio. Ñam.
Finalmente, tomaremos el último bus. Seis horas más y llegaremos a Lima, pasando por Ticlio. Brr.
La estimación actual es que este trayecto nos tomará unos 15 días.
Ya en Lima, espero atragantarme de cebiches, anticuchos y picarones callejeros (más ricos), chifa peruano (inigualable), tamales chinchanos, Cuzqueñas heladitas (¿ya no hay margaritos?), helados de lúcuma y, aunque no me gusta el Sublime, creo que me comería uno por puro antojo.
El viaje de regreso también será por tierra. Pero no por Bolivia (¡basta!), sino por Chile.
Bajaremos hasta Arequipa, nos quedaremos un día, máximo, y luego a Tacna. Después, derechito hasta Santiago, donde nos quedaremos un día, o dos.
Expectativas: muchas.
Temores: en general, sufrir un accidente; en Bolivia, que me dé el mal de altura (soroche); en Perú, que nos roben.
Los sucesos quedarán documentados en mi blog, que ya es hora de que sirva para algo.
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