martes, diciembre 28

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Hoy desperté con el sonido de los tangos que escuchaba alguno de mis vecinos en el edificio donde vivo. Imaginaba que era un viejito con cara de tano, de aquellos que dicen que eso que bailan en las veredas de Caminito no es tango, sino mierda para los turistas. Me volví a quedar dormida.
Desperté, había soñado algo, no recuerdo qué, tal vez con viejitos bailando tango, como se debe, me volví a dormir, volví a soñar, finalmente me despertó el televisor, que se enciende todos los días a las 8:00 am en canal 9 'Todo Noticias'.
Hace unos días pensaba en mis clases de lenguaje en la universidad. Recordaba a Carlos contando la historia de su amigo peruano en España, el que dijo al encargado del hotel donde se hospedaba 'la chapa está malograda', al que lo miraron raro. Y es que los españoles no dicen 'chapa' sino 'cerradura', no dicen 'malograda' sino 'averiada'.
Acá, en Argentina, dirían 'está rota'.
Hace poco, cuando estaba en plan de buscar regalitos navideños, se me ocurrió preguntar por el precio de un polo. Me miraron raro. Pero alguien intervino para ayudarme, remera, dijo él.
¡Qué cosa!
Aún me resulta molesto cada vez que lo oigo preguntar por los pendejos.
Y es que en Perú, pendejo es un tipo que es 'vivo' (en el sentido de 'viveza criolla') o, como dice el Diccionario de la Real Academia Española, pendejo es una 'persona astuta y taimada'.
Lo curioso es que en otros países, como Cuba, pendejo es una persona cobarde y tonta. Nada que ver.
En Argentina dicen 'pendejos' a los niños, así como en Perú les decimos 'chibolos'.
Pobre, él solo pregunta por sus sobrinitos, y con cariño, asegura.
También pasa algo raro con el conchudo. En Perú lo usamos para referirnos a alguien que es un fresco, un caradura. Acá, aunque la Real Academia no dice nada al respecto, se usa 'conchuda' casi como sinónimo de 'hija de puta'. Un poco más agresivo que el sentido peruano.
Y algo que también me llamó la atención fue lo de atorrante. No estoy segura, pero tengo la impresión de que el uso de este término en Argentina es anterior al de Perú. Nosotros llamamos atorrante al tipo que es ridículo, tonto, desatinado. Acá, el atorrante es el desvergonzado, o un vago. Atorranta, una 'cualquiera'.
Tener que acostumbrarse a palabras como birome (lapicero), bondi (autobús), trucho (bamba, falso), choto (misio, decadente), heladera (refrigeradora), pava (tetera), chauchas (vainitas), la quita (reducción, exención), la suba (aumento), decir ¿hola? en lugar de ¿aló?, llamarle manteca a la mantequilla y grasa a la manteca, y a no meterse con el sagrado dulce de leche (manjar blanco), ni con el asado (parrillada).
Hace unos meses tuve que ir al consulado peruano. Ah, el sincretismo lingüístico en vida.
Yo me rehúso a ceder al voseo. Pero muchos de los peruanos que viven acá, hace muchos años más que yo, han creado un híbrido, que como se trata del mismo idioma, el español, no sé cómo llamarlo. Les gritan a sus hijitos '¡vení acá!' y, al rato, le dicen a alguien más 'oe, guardáme cola, pe'.
¡Qué cosa!

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