jueves, febrero 17
evolución
Hace algún tiempo, solo el hombre era hombre y la mujer, un animal humano. Un ser con el cual copular y procrear. Sin derechos, pero con deberes.Tiempo después, la mujer ganó algunos derechos. Podía expresarse, podía votar, podía educarse. Sus obligaciones siguieron siendo las mismas: criar hijos, cocinar, cuidar la casa, mantener unida la familia.Con el tiempo, la mujer se ha ido echando encima más y más responsabilidades. Ahora tiene la posibilidad de competir en el mercado laboral y de crecer profesionalmente. Cada día se rompe una nueva barrera en el viejo club de Toby.Sin embargo, la mujer aún no puede desligarse de sus 'deberes'.Esto me revuelve las vísceras.Mucho se habla del stress de la mujer moderna que a sus 'tradicionales' roles de madre y ama de casa, ha sumado el de sostenedora del hogar, profesional, mujer de negocios, académica laureada, etc.*Los psicólogos se la pasan hablando sobre el sentimiento de culpa de la mujer que trabaja fuera de su casa ('el hombre sale a trabajar, la mujer abandona su hogar'), la incapacidad de delegar tareas 'tradicionalmente femeninas' a la pareja, con el pretexto de 'no lo hace bien' o el patético 'yo tengo tiempo', y del síndrome de agotamiento femenino, que yo resumo en 4 palabras: ¡todo lo quiere hacer ella!¿Acaso somos tontas?Yo digo: mujeres, si tanto patalearon por la igualdad y se echan al hombro su cuota de 'igualdad' en trabajo fuera de casa, ¿por que no le tiran encima a ellos lo que les toca de trabajo dentro de casa? ¡eso es igualdad!Sí, sí, yo también he visto hombres cambiando los pañales de sus hijos, también los vi, con la lista en la mano, comprando cera para pisos en un supermercado, también los he visto metiendo la ropa en la lavadora. Pero aún son pocos.Ah, humanidad. Te falta, te falta.*Esta discusión no salió de mi imaginación, sino de una clase ¡de maestría!.
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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron