jueves, octubre 20
Hoy es uno de esos días calurosos y llenos de sol que le gusta a la mayoría.
Como ya sabrán quienes visitan regularmente este blog, a su autora no le agradan estos paisajes diáfanos. La ponen de mal humor y en ocasiones hasta disparan su migraña.
Ayer en la tarde miré el calendario y noté, contenta, que en dos semanas no había tenido dolores de cabeza.
Jinx!
Pues en la noche el dolor tocó el timbre y está aquí molestándome hasta ahora. Y yo sé que no se irá hasta el sábado. Maldito.
Estos días son una explosión de clorofila.
Los parques brillan, lo juro. Por las noches, alguien va y cuidadosamente pule cada árbol, cada hoja. Yo lo sé.
Frente a este edificio tengo mi
Central Park de barrio. Un gran monstruo verde y aletargado que me sonríe todos los días. A veces voy y le piso la panza blandita. Y se ríe. Yo también me río.
Me gusta caminar a lo largo de sus venas. Son lindas, serpenteadas y grises.
Voy caminando despacito y llego al corazón. En él corretean niños chiquitos a bordo de triciclos y autitos de colores. El corazón palpita al ritmo de los trotes y risas infantiles. El monstruo sonríe como un abuelito bonachón. Sigo caminando.
La cara del monstruo es un bouquet de rosas multicolores. Son sus joyas, pienso. Tiene muchas, tal vez un par de piercings anaranjados en la nariz, uno rojo en el labio y otro rosado en la ceja. Me pareció ver un tatuaje blanco. Puede ser. Pero solo rosas. Y solo en la cara.
Los árboles son como brazos abiertos al cielo. Tiene muchos. Se me viene a la mente la imagen de esa figura hindú que tiene varios bracitos, Vishnú creo que se llama.
Noto que sobre el pecho desnudo del monstruo descansan muchos adultos. Salen a tomar sol. Salen de los edificios colindantes cargando sillas plegables o toallas playeras y se tumban semidesnudos sobre la piel del señor monstruo. Los veo ahí laxos, casi inmóviles, como garrapatitas. Y el monstruo no se molesta.
Yo sigo caminando, haciéndole cosquillas al monstruo con mis pies, buscando un lugar para posar mi canastita de picnic.
Ya me dio náuseas.
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Lo dijo Scavenger Bride y le dejaron